16.1.07

La vida se vuelve abstracta.

Realmente, mi propósito en esta ocasión era el de llevar a cabo un análisis de la situación actual referida a la controversia manifiesta entre, por un lado, el Gobierno y el Partido Socialista y, por el otro, el PP. Pero lo cierto es que, a estas alturas y después de haber sido atacados masivamente con imágenes, opiniones, etc. por parte de los medios de comunicación (que han querido sacar tajada de lo llamativo y morboso de la situación), así como por entender que determinados acontecimientos sugieren un trato mucho más sutil del que acostumbramos a emplear, me voy a limitar a dar cuatro apuntes o a ofrecer cuatro impresiones para quien quiera leerlas.

No digo nada nuevo. Digo lo que necesito decir.
Cuando he hecho referencia anteriormente a la “controversia manifiesta entre, por un lado, el Gobierno y el Partido Socialista y, por el otro, el PP”, apuntaba realmente a una escisión, a la ruptura del grupo político demócrata dividido entre aquéllos dispuestos a dar pasos en pro de un objetivo y los que decididamente e incomprensiblemente encuentran en un tema tan delicado la posibilidad de agredir a un oponente político.
En ocasiones, la vida se vuelve más abstracta que de costumbre. Apenas alcanzas a entender lo que configura un todo tan desajustado. En parte, ese es mi caso con respecto al tema que comento: me parece incomprensible que un grupo parlamentario se aísle de una acción conjunta que va más allá de una tendencia política; que se configura como un auténtico tema general de increíble trascendencia para toda la población. Y me lo parece aún más si lo hace porque manifiesta que no actúa como grupo parlamentario en sí; ni tan siquiera como oposición, propiamente. Me asusta ver que un grupo como el PP actúa como grupo de gobierno frustrado; como grupo que trata de imponer una imagen de rectitud y peso sin darse cuenta de que no emplea la forma correcta. Y menos ahora. Y ver como todos y cada uno de los diferentes grupos que comparten parlamento con ellos les advierten de su error y, no obstante, el PP sigue cegado por su ansia de “oportunidades de agarrar más votos” sin darse cuenta de que su despropósito provoca el efecto contrario.
Me asusta.

2 comentarios:

Àlex Centelles Pardo dijo...

Solo deseo que las urnas castiguen al PP y sus actitudes frívolas. En este caso el fin no justifica los medios y cuando se entra en descalificaciones personales, como hace el PP, la imagen exterior de España es de república bananera, bueno monarquía bananera, que más quisiera yo que fuera república...
Salu2

Theyvith dijo...

Muy interesante. Si ves la vida abstracta lee a menudo EL MUNDO, entonces se vuelve lisérgica.

Todos estaremos de acuerdo que su linea editorial es a veces dogmática (me da escalofrios), pero te aseguro que en el cruce ideológico, con el "otro" espectro, descubres que todo es más de que lo que aparenta.

Luego, no todo es tan maniqueista, sino que depende del punto de vista y la información dada.

Llámalo relativismo, pero muchos nos estamos dejando manipular por prejuicios.

Ojearé este blog más a menudo. Interesante!