7.2.07

Felicidades, fascistas.

Con toda la tristeza que me puebla os felicito, fascistas. No cabe duda de que el título de este artículo es severamente explícito. Pero, a día de hoy, parece la fórmula más apropiada para hacer referencia a determinados acontecimientos sociales.
Suelo ser comedido a la hora de llevar a cabo juicios de valor; y no creo que esta sea una excepción, pues lo que me dispongo a comentar no dejan de ser hechos apuntillados sólo con un par de pinceladas subjetivas; impresiones que, de no emitir, convertirían el artículo en un mero texto informativo. Y no es esa mi voluntad.
Hecha esta pequeña advertencia/recordatorio, comento lo que sigue.
Durante los últimos meses, se ha incrementado la acción ofensiva por parte del Partido Popular para con el Gobierno (principalmente) y otros grupos políticos y/o sociales. Se ha llevado a cabo una campaña por parte de los populares cuya voluntad manifiesta ha sido siempre la de crispación y la confrontación; su modus operandi ha sido el del insulto y la demagogia, en muchas ocasiones. Y me gustaría hacer una aclaración: no creo que tal línea de actuación sea la de la totalidad de los miembros del PP, mas sí la del brazo duro del mismo, la corriente que a día de hoy lleva la voz cantante. Ese “brazo duro” se ha dedicado a desgastar la línea sana de discurso y discusión política, a olvidar contenidos y hacer oídos sordos, acogiéndose sólo a la “parte del mensaje” que en cada momento les conveniera. Y a insultar; sobretodo a eso. A desprestigiar las líneas de actuación que los diferentes partidos acogieran y desarrollaran. A quebrar armonías con el fin de confundir a la población. A tildar de culpables de todo sin criterio a todos los que no sean ellos mismos o sus “grupos afines”.
Y cuando hablamos de “grupos afines” cabe mencionar a la AVT. Ya he comentado en algún que otro artículo varias impresiones al respecto; sin duda, cabría añadir el Foro de Ermua (ese “grupo” que obscenamente se ha apropiado de la imagen y muerte de una víctima del terrorismo con el fin de nutrir al PP de sensacionalismo) al grupo de colaboradores incansables del PP. Son, sin más, instrumentos de presión; disfraces de palanca social para enraizar la confrontación. Pues, si bien es cierto que dentro de esas organizaciones hay gente que efectivamente busca denunciar y repudiar el terrorismo, solidarizarse con una causa, la gran mayoría –y sobretodo los dirigentes- no son sino herramientas del movimiento más conservador, ese que consolida la corriente fuerte del PP.
Por otro lado tenemos aquéllos de planteamiento opuesto a los primeros. Los que se solidarizan en muchas ocasiones con el terrorismo. El otro día, una imagen publicada en un periódico en la que aparecían panfletos pegados en un poste me dejaron perplejo. El panfleto , protagonizado por una imagen de de Juana Chaos desnutrido y encamado, mostraba su disconformidad por la decisión judicial de no dejar al mismo ser atendido en su domicilio. Lo sorprendente es que apuntaba como culpable de ello al PSOE (¿?). Y aquí tenemos al otro brazo de presión. El del bando contrario al primero. Ambos haciendo presión aprovechando la inercia generada por el otro, como retroalimentándose.
El resultado es un ambiente de tensión generalizado y que afecta en todos los ámbitos.
Ahora, el Tribunal Constitucional se ve afectado más que nunca por la incursión del bando de la derecha más casposa en aquello en lo que nunca debería haber intercedido: lo judicial. Y ya veremos qué pasa con el Estatut de Catalunya. Ya veremos si el PP consigue mediante la manipulación judicial lo que no consiguió ni en el Parlament de Catalunya, ni en las Cortes, ni en el Senado.
Y veremos qué pasa con tantas otras cosas.
Ya veremos qué ocurre con la democracia.
Alejandro Serrano S.

5 comentarios:

TAM dijo...

Que el PP utilice el terrorismo como arma electoralista no es nada nuevo: en 1993, cuando ETA estaba muy debilitada por la desarticulación de su cúpula, el PP, que estaba en la oposición, se encargó de dinamitar cualquier intento de abandono de las armas por parte de ETA, exigiendo el cumplimiento integro de las penas. Curiosamente cuando llegaron al poder los terroristas siguieron acogiendose a las medidas de reinserción a las que tenian derecho como cualquier otro delicuente.

Àlex Centelles Pardo dijo...

En esta vida hay personas muy preocupadas por las banderas y las naciones y otras que vivimos tranquilos sin preocuparnos por ello. Me parece totalmente legítimo que hagan una manifestación con más banderas rojigualdas que si jugara la selección española un partido de octavos de final del Mundial (algunas por cierto, con un pollo de color oscuro en el centro), porqué ahí radica la libertad de expresión. Otra cosa es que pretendan que la manifestación sea contra el diálogo con ETA, cuando no era más que un acto contra un Gobierno elegido por el pueblo y donde algunos manifestantes gritaban consignas que me parecían de tiempos, afortunadamente, ya pasados. Solo faltaba Millan Astray y aquello de "muerte a la cultura". Un abrazo

Anónimo dijo...

Lo de este país no es democracia, es una partitocracia, es decir, una oligarquía "revestida" con ropajes de democracia puramente formal.

La recusación de Pérez Tremps tenia un motivo claro (una de las causas de recusación más obvias: haber emitido -y cobrado- un informe que dio base al Estatut).

Pero el PP ha abierto la caja de Pandora y no deberia alegrarse en demasía, porque hay otro magistrado que hizo lo mismo, eso si, contra el Estatut. Y debería abstenerse o ser recusado.

Anónimo dijo...

LOPJ:

Son causas de abstención y, en su caso, de recusación:

Haber ocupado cargo público, desempeñado empleo o ejercido profesión con ocasión de los cuales haya participado directa o indirectamente en el asunto objeto del pleito o causa o en otro relacionado con el mismo.

Haber ocupado el juez o magistrado cargo público o administrativo con ocasión del cual haya podido tener conocimiento del objeto del litigio y formar criterio en detrimento de la debida imparcialidad.

Estas causas de recusación son de las mas claras que hay.

Àlex S. S. dijo...

Al anónimo (o anónimos) de los dos últimos comentarios:

Al margen de opiniones como las emitidas con respecto a la configuración oligárquica del sistema (que personalmente no comparto en demasía -en España y en Cataluña, sobretodo, la cosa no se limita a una partitocracia-), debo comentar, después de agradecerte que participes y que cites la Ley Orgánica del Poder Judicial que, en este caso, la consideración de "cargo público" no es la que debe conferirse a la que desmpeñó el magistrado recusado cuando redactó el famoso informe. No desempeñó su labor como cargo público, sino al margen de sus responsabilidades del momento, en tanto en cuanto no suponía una incompatibilidad con sus funciones.
Y si, tienes razón: atendiendo a los argumentos del PP, mucho no tienen de qué alegrarse; no es el único magistrdo que se ve envuelto por la polémica...
Gracias a todos por participar.