18.7.07

Hace unos 71 años.

Hace hoy unos 71 años ya que se desató uno de los periodos más negros de nuestra historia más reciente. El movimiento fascista español de los años treinta se reveló contra el sistema legítimo y democrático de la época, el de la Segunda República, principal responsable de los avances sociales más importantes vividos en la historia de España hasta aquel momento.

Es para mí un hecho de especial relevancia, por su significado y valor, el que tanta y tanta gente, muchísimos de ellos civiles y sin ningún tipo de experiencia bélica, decidiera plantar cara ante el levantamiento militar, conscientes de las desigualdades que entre uno y otro bando iban a suponer la naturaleza, la logística y los recursos que los diferenciaban. Esa gente estaba dispuesta a darlo todo sabiendo que el precio que seguramente pagasen fuera muy alto; el más alto. Y estaba dispuesta a pagarlo por unos valores, unos principios y unos avances sociales que habían tardado demasiado en llegar y a los que no estaban dispuestos a renunciar por la intolerancia reaccionaria de aquéllos que acometieron contra el bienestar de una sociedad que, por fin, fijó la vista en los menos favorecidos, que se ocupó de extender la educación y la enseñanza a toda la población, que perpetró un bienestar lamentablemente desconocido hasta entonces.
Todas aquellas personas lucharon hasta el último suspiro por ser conscientes de que, en realidad, luchaban por ellos mismos y contra lo que pretendía amputar sus libertades.

Hoy por hoy… Hoy por hoy la situación es muy diferente. El bienestar por el que todas aquellas personas lucharon e incluso murieron acabó floreciendo tras el franquismo. Así pues, caló el sistema democrático y los valores del Estado Social y de Derecho supusieron una base firme sobre la que enraizaron conceptos y derechos tan fértiles como los que hoy día nos amparan, inimaginables en la anterior etapa fascista. Pero los antecedentes parecen estar condenados a ser olvidados por una mayoría acomodada y burguesa (hoy en día el aburguesamiento es, de hecho, el sistema característico en mayor o menor medida de construcción social, tengas o no un nivel adquisitivo alto; cada vez se es más por lo que se tenga y menos por cómo o por quién se sea y la realidad económico-social se diluye bajo la apariencia). Realmente (y por desgracia), muchas veces apreciamos como la transmisión de ese conocimiento, de nuestro bagaje histórico, se trunca y no se transmite generacionalmente e, incluso, comprobamos que las generaciones que van apareciendo desechan esos mismos conocimientos, como si con ellos no fuera, como si de algo remoto y anacrónico se tratara.

A lo bueno se acostumbra uno rápido, y el sistema actual, Social y de Derecho, se ve exprimido en ocasiones de forma egoísta y rastrera. Hoy en día, es fácil escuchar comentarios en los que las personas que los emiten se pronuncian sobre los muchos derechos que tienen. Y no es negativo, es producto de esa necesaria y natural lucha por alcanzar el bienestar social. Lo que lo desvirtúa es la errónea concepción de que somos entes dotados de múltiples derechos de forma inherente, a secas. Hay que ser consciente de que todo Derecho comporta una Obligación. Ese es el sistema por el que se luchó y el que debe ser mantenido y mejorado. Sólo soportando todos obligaciones podremos disponer y disfrutar de derechos. Y debemos ser humildes en la medida que convenga; no creo que se deba exigir nada sin hacer antes un análisis retrospectivo y una valoración de quién es y qué hace cada uno.

Nuestro sistema no es “lo natural”, es el escogido. Y no debe darse nunca nada por hecho. Es importante que los niños de hoy entiendan para mañana que las cosas no son como son porque sí. Es necesario que valoren, critiquen y mejoren, no que actúen ora pasivamente, ora egoístamente.

Apunto esta reflexión. Que cada uno valore después.

Sólo hace 71 años.

Alejandro Serrano S.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahir al vespre era al pati del Castell de Montjuïc, al cicle aquest de cinema a la fresca, mirant una peli encantadora (El baile de los vampiros, de Roman Polanski, 1967) i amb l’entorn incomparable de Barcelona als meus peus (això ja ens passa als de poble…tot ens sembla gran…)…quan vaig recordar el dia que érem. Ostres, ni me n’havia recordat fins llavors! Em van venir al cap tots els fets que van passar allà mateix, en aquell mateix castell, aproximadament 70 anys enrere...i molt abans també...em vaig esgarrifar...com canvien els temps! Estic d'acord amb tu..quina sort hem tingut de viure el temps que ens ha tocat viure!

I em va venir al cap un professor que vaig tenir a la facultat, feia classes de política espanyola (un personatge l’home...), havia estat torturat pel règim franquista i va haver d’exiliar-se als EEUU -i fins recentment no tornat a Catalunya- , cada vegada que fèiem classe ens recordava la sort que teníem de viure en democràcia, en un estat del benestar incipient que calia consolidar i millorar. Deia que en aquest país s’havia pactat amb el diable: silenci a canvi d’una transició pacífica i sense sang...i que ell havia acceptat l’oferta de la universitat i de tornar a Catalunya per dur a terme un projecte: inculcar a les primeres generacions nascudes en democràcia (a classe érem gairebé tots nascuts l’any 78) que no ens podíem permetre el luxe d’oblidar.

A parer meu tenia raó, la memòria històrica recent és com un negoci familiar, com la fortuna que s’ha guanyat poc a poquet, la generació dels nostres avis i pares la van bastir….i nosaltres l’hem de mantenir i millorar, no la podem deixar perdre ni dilapidar.

Carme Sànchez Martín dijo...

Yo también estoy encantada de haber nacido a finales del siglo pasado y vivir en este. A veces me entra un escalofrío pensando en que la historia se pueda repetir, y no sólo por mi sino especialmente por mi hijo.

Te he dejado un meme en mi blog:
http://carmesanchez.blogspot.com/2007/07/contesto-i-envio-el-mem-de-la-catosfera.html

Gerard Llobet dijo...

La veritat és que tots tenim algú amb referència directa a aquells moments, el meu avi va lluitat a la lleva del biberó... deuria tenir uns 18 anys i desprès va patir una repressió increïble 3 anys de servei militar obligatori... i la familia també va rebre represàlies... sort de la memòria històrica que alguns ridiculitzen, gràcies a la recuperació coneixem el passat que ens ha de servir, i molt!.